jueves, mayo 21, 2009


D
escubrir que hay una mirada
que hace luz en un expediente.
Que el sonido monocorde de una tecla
dispara ideas y hace blanco...
Demoledor, tu oficio de poeta,
dinamitaste las rutinas cotidianas,
el tintero, el libro contable,
la oficina......el pocillo de café.
Dejar de ser el amanuense
con fin de mes asegurado.
No te salvaste,
ni te quedaste inmóvil.....
al costado del camino.