
PANTALLASO DE TERNURA
Eramos parte de veranos y siestas silenciosas. Rayuelas a solas,
veo-veos mentales. Sin lugares comunes ni edades. Subìa y bajaba
escaleras de dos en dos, de tres en tres, vos ya sabìas de omnibuses
y calles. Conquistamos nuestro territorio liberado a base de fugaces
miradas y alguna letra en un misero papel.
Momentos para mirarnos, estar a solas, sin articular palabras. Volvernos arrebatadoramente mudos, que hablaran nuestros labios
el lenguaje de la humedad y la ternura màs pura.