TXAÍ
En la zona brasilera de la Amazonia cuando una persona considera a otra TXAÍ quiere decir:
" Sos más que un hermano, más que un amigo. Una mitad mía eres tú y una mitad tuya soy yo". Esto quiere decir que esa persona es capaz de dar la vida por la otra.-
En la zona brasilera de la Amazonia cuando una persona considera a otra TXAÍ quiere decir:
" Sos más que un hermano, más que un amigo. Una mitad mía eres tú y una mitad tuya soy yo". Esto quiere decir que esa persona es capaz de dar la vida por la otra.-
7 comentarios:
Que gran palabra.
Me encanta eso de: "Una mitad mía eres tú y una mitad tuya soy yo".
Es una gran verdad. Cuando realmente llegas a querer a alguien de verdad y vives mucho tiempo con ella... ambos se convierten en mitades del otro.
(Pero bueno... ¡me he puesto romántico!... ¡¡¡y un lunes!!!... ves la que has liado :DDD
Si, como dice Zendal ... uno llega a convertirse en la mitad de la otra persona.
En ingles existe la frase que mejor lo describe: "My better half" que a pesar que en español podria decirse "Mi mejor mitad" ... pues que me suena mucho mas abstracta en ideas dicha en ingles.
Zendal y Ruben gracias por sus posts. Es muy significativo para mì que dos hombres posteen desde sus sensibilidades,MUchas gracias de nuevo.Un abrazo montevideano
TAXAÍ... Desconocía que existiese una palabra que definiera mi relación con Juan, mi mejor amigo, mi confesor, mi mayor crítico, la persona que más me ha respetado aún estando en desacuerdo conmigo... Mi Txaí. Y viceversa. Siempre que le he descrito a alguien la especial unión que había entre juan y yo, terminaba con esta frase: "es la única persona en cuyos brazos dormiría tranquila, sabiendo que de ser necesario, defendería mi vida con la suya". Mi Taxaí.
Que... ¿Casualidad?. Este comentario tuyo es del 20 de octubre... Tres días antes, por la mañana temprano, sonó el teléfono... La voz de Cuqui, su hija mayor, al pronunciar mi nombre, me lo dijo antes de escucharlo: Juan había muerto. Hacía apenas tres horas.
Cuatro meses atrás había sufrido un infarto cerebral que lo dejó hemipléjico y sin habla. Su coraje le devolvió su andar, su mano y su palabra, en tan poco tiempo.
Coraje levantado no por desear luchar por su vida, sino para no entorpecer la de sus hijas. Juan había tirado la toalla hacía tiempo. Se le agotaron los sueños, luchador sindicalista que fue siempre, cansado, decidió apartar la mirada del mundo y de sí mismo. Sin embargo, por las escasas ocasiones en que conseguí verle, sé que no se pudo "congelar". Sufría, sufría lo indecible por tener que seguir viviendo... Aunque prefiría su sufrimiento que el que causaría a sus hijas una marcha drástica.
Yo lo sabía, y ardía en deseos de presentarme en su casa cuando no me cogía el teléfono o contestaba a mis mensajes. Pero teníamos un acuerdo tácito: respetar absolutamente la vida y decisiones de cada cual. Así que simplemente, de vez en cuando, le enviaba un mensaje al móvil con alguna chorrada. El mesaje auténtico, subliminar: continúo aquí, y te quiero. Y esperar a que él viniera... Cuando quisiera. Cuando pudiera.
Su muerte no fue por una recaída de su enfermedad. Estaba ingresado en el hospital para un control rutinario. Y una noche, simplemente, se quedó dormido para siempre.
Acudí de inmediato al hospital, para estar con sus dos hijas mientras esperaban el resultado de la autopsia. "Parada respiratoria por causa desconocida", decía el dictamen. la ex mujer de Juan llamó a sus hijas por teléfono: acababa de llegar de Madrid, estaba en el tanatorio. Las convencí para que se fueran con ella; yo esperaría hasta su traslado... Deseaba hacerlo. Necesitaba hacerlo. Estar a solas con él. Seguí al coche funebre, acompañándole en su último camino. No lloraba. Estaba demudada, de tan honda que era mi tristeza.
En su funeral, se repetía una frase: "Juan se ha ido porque le ha salido de los cojones; así de tozudo era".
Y así fué. Y por ello es que el dolor por su marcha ha sido, excepto el de aquel mismo día, suave... Por respeto a su deseo de marcharse. Sufrir por quedarme sin él, hubiera sido egoista por mi parte. Aunque le echo de menos... Le echaré siempre de menos.
Gracias por regalarme esta palabra, Fiorella: TAXAÍ...
Sigrid: da pena la partida,duele, pero cuando se comprende,luego del duelo, eso da mucha paz, todo adquiere un sentido trascendente dentro nuestro.Un beso
Esta bella palabra tambien podría aplicarse a amigas, no?
Un beso
Txaí.Un beso Carmela.
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